No se trata de dinero

Captura de pantalla 2016-03-01 a las 12.01.01Cuando la gente escucha el término “trabajadores remotos” a menudo piensa en “outsourcing”. Ellos asumen que el trabajo a distancia no es más que una estratagema ideada por los “peces gordos” del negocio para disminuir los costos. Esta es una reacción visceral comprensible. También es una equivocación.
Dejar que la gente trabaje de forma remota es promover la calidad de vida, teniendo acceso a las mejores personas estén donde estén, y todos los otros beneficios que vamos a enumerar. Esto también puede reducir los costos que se invierten en oficinas para dar lugar a un menor número de trabajadores, pero contar con un menor número de trabajadores más productivos es secundario, no lo más importante.
Aunque nuestra sugerencia sobre los beneficios del trabajo remoto tanto para el empleado como para el empleador pueden parecer demasiado trillados, como se expresaba en esos carteles de los años 90 con la frase “Ganar-ganar”, la realidad es que esta práctica genera muchos beneficios para todo el mundo. Se ha escrito mucho a favor del empleador o a favor del empleado. Mientras esas pugnas son reales, nosotros no estamos interesados en ella, sino en examinar los beneficios.
Además, las actividades intelectuales clave son la forma principal de trabajo a distancia –escritura, programación, diseño, asesoría y soporte a clientes– por mencionar solo algunas, tienen poco que ver con las batallas que acaban con las utilidades de, por ejemplo, la industria manufacturera. Apretando a un redactor para que escriba unas cuantas palabras más por hora no se va a hacer rico nadie. Escribir el mejor anuncio bien podría hacerlo.
Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

El talento no está limitado a los grandes centros de trabajo

Captura de pantallaSi hablas con los tecnólogos de Silicon Valley, los cineastas de Hollywood, o ejecutivos de publicidad de Nueva York, todos ellos insisten en que la magia sucede solamente en su propio terreno sagrado. Eso es lo que se espera que digan los talentosos regionalistas. Tú serías un tonto si lo crees.
“Mira a la historia”, dirán, señalando orgullosas tradiciones que llevan resultados gloriosos. Sí, sí, pero si sigues leyendo la letra pequeña en materia de inversión veras que: “El rendimiento pasado no es garantía de resultados futuros.”
Así que aquí está otro grupo de predicciones insignificantes: La participación respecto a tecnología de Silicon Valley se reducirá, las mejores películas de los próximos veinte años consistirán en un menor número de éxitos de Hollywood, y menos gente será inducida por los creativos de Nueva York a comprar productos.
Hay gran talento en todas partes, y no todo el mundo quiere mudarse s San Francisco (o Nueva York o Hollywood, o donde quiera que esté tu sede central). 37signals es una empresa de software exitosa que comenzó en –¡oh!– el Medio Oeste, y estamos orgullosos de haber contratado empleados espectaculares de lugares como Caldwell, Idaho y Fenwick, Ontario.
De hecho, no tenemos ni un solo empleado en San Francisco, el centro en el que cada empresa de tecnología parece tropezar para contratar “rock stars” o “software ninjas”. Esto no ha sido una elección consciente de nuestra parte, pero teniendo en cuenta la piratería de talento que se da en los principales centros de talento, con gente que cambia de trabajo con la misma frecuencia con que reordena sus listas de reproducción en el iPhone, no es precisamente malo.
Cuando tu tienes docenas, o incluso cientos de competidores a poca distancia de tu oficina, no debe ser ninguna sorpresa que alguno de tus empleados cruce la calle para unirse al próximo “éxito”.
Como hemos observado, los empleados estrella que trabajan lejos de las cámaras de resonancia de la industria pasan mucho menos tiempo pensando que el pasto del vecino está más verde, y en general parecen más felices en su trabajo.

Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

El nuevo lujo

Captura de pantalla 2014-09-30 a las 21.31.39Una oficina en una esquina de la planta más alta de un elegante edificio, un Lexus con vestiduras de piel proporcionado por la empresa, una secretaria. Es fácil reírse de los lujos corporativos caducos. Pero con los nuevos ricos no es tan diferente: un cocinero de lujo y comidas gratis, servicio de lavandería, servicio de masajes, sala de videojuegos. Son dos lados de la misma moneda.

Esa es la moneda dada a cambio por las interminables horas gastadas en la oficina, lejos de su familia, sus amigos y sus pasiones extralaborales. La esperanza es que estas tentaciones te mantengan en pié durante esos largos años en los que tu estarás soñando con todo lo que harás en tu retiro.

Pero, ¿por qué esperar? Si lo que realmente te gusta hacer es esquiar, ¿por qué esperar hasta que tus caderas sean demasiado frágiles para tener una caída en una pista en Colorado? Si te gusta el surf, ¿por qué sigues atrapado en una jungla de concreto y no vives en una playa? Si todos tus parientes viven en un pequeño pueblo en Oregon, ¿por qué todavía estás atrapado en la otra costa?

El nuevo lujo es arrojar los grilletes del estilo de vida “diferido” para disfrutar lo que te apasiona desde ahora, mientras todavía estás trabajando. ¿Cual es el objeto de perder el tiempo soñando con lo maravilloso que será cuando dejes de fumar? Tu vida ya no tiene que estar dividida en fases arbitrarias de trabajo y jubilación, tu puedes mezclar las dos para lograr un mejor estilo de vida, con un trabajo agradable.
Puedes salir de la jaula de oro que te impide vivir como realmente quieres vivir.

Esa meta es mucho más realista que pretender sacarse la lotería. Como ejemplo de esto, seguir una carrera ascendente, con opciones de compra de acciones y mientras esperar pegarle al premio gordo, antes de que sea demasiado tarde.

Tu no necesitas ser extremadamente afortunado o trabajar demasiado para disfrutar de lo que realmente te gusta en tu etapa de trabajo si puedes elegir en donde y cuando trabajar.

Esto no significa que tengas que mudarte a Colorado mañana solo porque te gusta el esquí. Algunas personas hacen eso, pero hay muchos puntos intermedios posibles. ¿Podría ir ahí durante tres semanas,  igual que trabajas en la oficina, que no tiene que ser todo o nada?

El nuevo lujo de la libertad y el tiempo. Una vez que tengas una idea de lo que quieres en la vida no habrá oficina en la esquina o cocinero de lujo que sean capaces de arrastrarte de vuelta.

Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

Fin del monopolio de la ciudad

Captura de pantalla 2014-09-27 a las 20.33.00La ciudad es el centro original del talento. Tradicionalmente, los que manejaban los motores del capitalismo pensaron: «Vamos a reunir a un gran número de personas en una pequeña área geográfica en la que deben vivir en la parte superior de uno al otro en espacios reducidos, y vamos a ser capaces de encontrar un montón de mano de obra para nuestras fábricas.» ¡Gran idea, Sr. Moneybags!

Afortunadamente la densidad de población necesaria para las fábricas se vio beneficiada por la generación de un montón de cosas más. Tenemos bibliotecas, estadios, teatros, restaurantes y todas las demás maravillas de la civilización y la cultura modena. Pero también tenemos cubículos, pequeños departamentos y latas de sardinas que nos llevan de un lado a otro. Cambiamos la libertad y el esplendor de las tierras del campo y el aire fresco por la conveniencia y emoción.

Afortunadamente para nosotros, los avances de la tecnología, que hicieron posible el trabajo a distancia, han hecho también posible que la cultura y la vida remota sean mucho más deseables. Imagínate que un habitante citadino de la década de 1960 describiera un mundo en el que todo el mundo tiene acceso a todas las películas que se han hecho, todos los libros que se han publicado, cada álbum grabado y casi todos los partidos y eventos deportivos en vivo y en directo (con mayor calidad y mejores colores que en cualquier momento del pasado). Sin duda se habrían reído. Incluso en la década de 1980 se habrían reído, y mucho. Pero hoy estamos viviendo en ese mundo.

Sin embargo, hay una diferencia entre darlo por hecho y llegar a una conclusión lógica. Si ahora tenemos acceso ilimitado a la cultura y el entretenimiento desde cualquier lugar, ¿por qué todavía estamos dispuestos a vivir vinculados por el acuerdo original?, ¿ese departamento caro, la caja de sardinas motorizada y el cubículo realmente valen la pena todavía? Creemos que cada vez hay más personas para las que la respuesta es no.

Así que aquí está una predicción: el privilegio de lujo de los próximos veinte años será salir de la ciudad. No como su siervo atado con correa en un suburbio, sino a donde uno quiera.

Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

Escapando del horario de 09 a.m. a 5 p.m.

Captura de pantalla 2014-09-23 a las 10.16.04La gran transición con una fuerza de trabajo distribuida va desde la colaboración sincrónica a la colaboración asíncrona. No sólo no tienen que estar en el mismo lugar para trabajar juntos, tampoco tienen que trabajar al mismo tiempo para trabajar juntos.

Esta es una de las cosas que han surgido al colaborar con personas en distintas zonas horarias, pero beneficia a todos, incluso a aquellos que están en la misma ciudad. Una vez que se has estructurado tu técnica de trabajo y tienes que colaborar con alguien que está 7 horas adelantado en Copenhague, el resto de los trabajadores en la casa matriz en Chicago podría trabajar de 11 a.m. a 7 p.m. o de 7 a.m. a 3 p.m., da lo mismo.

La belleza de una jornada laboral flexible es que la política es buena para todos, desde los más madrugadores hasta los amantes de la noche, pasando por quienes tienen niños que hay que recoger al medio día. En 37signals tratamos de mantener más o menos una política de cuarenta horas laborales a la semana, pero nuestros empleados pueden distribuir esas horas de trabajo como mejor les convenga, el reloj y el día no son importantes.

Una empresa que se construye de manera eficiente sobre el trabajo a distancia ni siquiera tiene que tener un horario establecido. Esto es especialmente importante cuando se trata de un trabajo creativo. Si tu no puedes entrar en la zona, no te puedo obligar a ello. Cuando no es necesario trabajar cara a cara, la mejor estrategia es a menudo tomar un receso y volver al trabajo cuando tu cerebro esté funcionando muy bien.

En IT Collective, una empresa de producción de cine y video para mercadotecnia, con sede en Colorado (pero con personal en Nueva York y en Sydney), el equipo de editores ocasionalmente cambia su horario al turno nocturno, cuando trabaja en una nueva película. Es simple la forma en que logran tener el trabajo bien hecho. Al día siguiente, los editores coincidirán con el resto del equipo sólo el tiempo suficiente para revisar el progreso y obtener orientación para la noche siguiente. ¿A quién le importa si duermen al medio día para estar listos en la noche?

Naturalmente no todo el trabajo se puede hacer totalmente libre de restricciones de horario. En 37signals ofrecemos atención al cliente en el horario comercial de Estados Unidos, por lo que es importante que nuestro equipo de atención al cliente esté disponible durante ese horario. Pero incluso dentro de esos límites, los horarios relajados siguen siendo una posibilidad, siempre que el grupo ese cubriendo todas las horas.

¡Liberate de la mentalidad de 9 a.m. a 5 p.m.! Puede tomar un poco de tiempo y práctica lograr trabajar de forma asíncrona con tu equipo, pero pronto verás que es el trabajo, no el reloj, lo que importa.

Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

Es la tecnología, estúpido

EslatecnologiaSi el trabajo remoto es una gran idea, ¿por qué las empresas más progresistas no lo están practicando del todo?, es muy sencillo: no pudieron implantarlo. La tecnología no estaba ahí. No debe ser sencillo tratar de colaborar con personas en diferentes ciudades alrededor del mundo usando fax y FedEx.

La tecnología se coló entre nosotros y trabajar de forma remota es una posibilidad real. En particular Internet. Compartir la pantalla usando WebEx, coordinar listas de tareas usando Basecamp, conversar por medio de mensajes instantáneos en tiempo real, descargar los archivos actualizados utilizando Dropbox, todas estas actividades surgen de un flujo de innovaciones de los últimos quince años. No es de sorprendente que todavía estemos descubriendo las posibilidades.

Pero las generaciones pasadas han sido formadas en la idea de que un buen trabajo se hace de las 9:00 a las 17:00 horas, en los cubículos de los edificios altos de la ciudad. No es de extrañarse que la mayoría de los empleados que están en ese modelo no hayan considerado otras opciones, o se resisten a la idea de que podría ser diferente. Pero se puede.

El futuro, literalmente, pertenece a los que consiguen hacerlo. ¿Crees que los adolescentes de hoy, que crecieron con Facebook y con mensajes de texto, serán tan partidarios del viejo estilo de todas las manos sobre la mesa, en las juntas de los lunes por la mañana?, ¡já!

Lo más importante sobre tecnología, e incluso trabajar de forma remota, es que todo depende de ti. No es lanzar un cohete a la Luna, y aprender el uso de las herramientas que pueden hacerlo posible no tomará tanto tiempo. Pero hará falta fuerza de voluntad para dejar de lado la nostalgia y subir a bordo. ¿Puedes hacer eso?

Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

Deja de desplazar tu vida

Seamos realistas, a nadie le gustan los desplazamientos. La alarma suena muy temprano, uno llega a casa muy tarde. Pierdes tiempo, paciencia, posiblemente también tengas que comer de esa comida chatarra con cubiertos de plástico. Tal vez tengas que faltar al gimnasio, o perderte la hora de dormir de tu hijo, o te sientes demasiado cansado para tener una conversación significativa con tu pareja. La lista es interminable.
Incluso los fines de semana se truncan por ese miserable viaje. Todas aquellas tareas que harías si no tuvieras que trasladarte terminarán en una lista para el sábado. Así, después de haber sacado la basura, recoger la ropa de la tintorería y pagado tus cuentas, se te habrá ido la mitad del fin de semana.

¿Y el propio viaje? Ni siquiera el mejor coche va a hacer que disfrutes manejar en el tráfico, y olvídate de una sensación de frescura después de un viaje en el tren urbano o en autobús. Respira el aroma corporal y exhala tu salud y cordura.

Personas inteligentes en batas blancas han estudiado ampliamente los desplazamientos, esta parte supuestamente necesaria de nuestros días, y el veredicto es: los desplazamientos largos nos hacen engordar, nos hacen sentir estresados y miserables. Incluso los trayectos cortos son un atentado contra tu felicidad.

De acuerdo con la investigación, el trayecto se asocia con un mayor riesgo de obesidad, insomnio, estrés, dolor de cuello y espalda, presión arterial alta y otras enfermedades relacionadas con el estrés, como ataques al corazón y depresión, e incluso el divorcio.

Pero supongamos que ignoramos la abrumadora evidencia de que los desplazamientos no le hacen bien al cuerpo. Haz de cuenta que tampoco es malo para el medio ambiente. Vamos a hacer unos cálculos, supongamos que pasas cuarenta y cinco minutos manejando en el tráfico a la hora pico en la mañana para llegar a tu oficina. Es es una hora y media al día, 7.5 horas a la semana, o un número entre 300 y 400 horas al año, más o menos los días festivos y las vacaciones de cada año.

Cuatrocientas horas es exactamente el tiempo de programación que tardamos en construir Basecamp, nuestro producto más popular. Imagínate lo que podrías hacer con 400 horas extras al año. Trasladarse no es solo malo para ti, tus relaciones y el medio ambiente, es malo para la empresa. Y no tiene por qué ser así.

Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

¿Por qué el trabajo no sucede en el trabajo?

Si le preguntas a la gente a donde va cuando realmente tiene que terminar una tarea, muy pocos responderán “a la oficina”. Si lo hacen, incluyen un calificativo como “super temprano, en la mañana, antes de que nadie se interponga”, o “me quedo tarde en la noche, después de que todos se vayan”, o “me escapo el fin de semana”.
Lo que te están tratando de decir es que no pueden realizar su trabajo en el trabajo. La oficina durante el día se ha convertido en el último lugar en el que las personas quieren estar cuando realmente quieren lograr hacer su trabajo.
Esto es porque las oficinas se han convertido en fábricas de interrupciones. Una oficina ocupada es como un procesador de alimentos que pica tu día en pequeños pedazos. Quince minutos aquí, diez minutos allá, veinte aquí, cinco allá. Cada segmento está lleno de una conferencia telefónica, una junta, otra junta, o alguna otra interrupción innecesaria institucional.
Es increíblemente difícil conseguir un trabajo significativo cuando tu jornada laboral se ha desmenuzado en momentos de trabajo.
El trabajo significativo, el trabajo creativo, el trabajo reflexivo, el trabajo importante; ese tipo de esfuerzo se realiza en periodos de tiempo ininterrumpidos para lograr entrar en la zona. Pero en la oficina moderna simplemente no se puede encontrar esos periodos sin interrupciones. En cambio, es una interrupción tras otra.

La capacidad para estar a solas con tus pensamientos es, de hecho, una de las principales ventajas de trabajar de forma remota. Cuando tu trabajar por tu cuenta, lejos del zumbido del enjambre de la sede, puedes instalarte en tu propia zona productiva. Así, puedes realizar tu trabajo, el mismo trabajo que no hubieras podido hacer en tu oficina.

Sí, el trabajo fuera de la ofician tiene sus propios desafíos. Y las interrupciones pueden venir de diferentes lugares, múltiples ángulos. Si estás en casa, tal vez la TV; si estás en el café de la esquina, tal vez es alguien hablando en voz alta a unas mesas de distancia. Pero aquí está el asunto: esas interrupciones son cosas que tu puedes controlar. Son pasivas, esas interrupciones no te atrapan; tu puedes encontrar un espacio que se adapte a su estilo de trabajo; puedes usar unos audífonos y no estar preocupado por ningún compañero de trabajo merodeando por tu escritorio y que te toquen el hombro, ni estar preocupado por ser llamado a otra reunión innecesaria. Tu lugar, tu zona, es solo tuya.

¿No nos crees? Pregunta a tu alrededor. O pregúntate a donde vas cuando realmente tienes que hacer tu trabajo. Tu respuesta no será “a la oficina en la tarde”.

Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

Introducción

El futuro ya está aquí, solo que todavía no se ha distribuido.
WILLIAM GIBSON

Millones de trabajadores y miles de empresas han descubierto las maravillas y beneficios del trabajo remoto. En empresas de todos los tamaños, representando prácticamente todas las industrias, el trabajo remoto ha tenido un crecimiento constante año con año. A pesar de ello, comparado por ejemplo con la prisa por adoptar la máquina de fax, la adopción del trabajo remoto no ha sido universal o tanto como el sentido común nos haría pensar.

La tecnología está aquí, nunca había sido tan fácil comunicarse y colaborar con personas donde quiera, en cualquier momento. Pero esto nos deja todavía un problema fundamental para las personas. La mejora que hace falta es para la mente humana.

El objetivo de este libro es encontrar esa mejora. Mostraremos los multiples beneficios del trabajo remoto, incluido el acceso al mejor talento, el sentimiento de libertad al no estar atado al lugar de trabajo corporativo, y el incremento en la productividad fuera de la oficina tradicional.

Y abordaremos todas las excusas que flotan al rededor, por ejemplo, la que dice que la innovación solo ocurre cara a cara, o que no podemos confiar en que la gente sea productiva en su casa, esa cultura empresarial marcharía muy lejos.

Pero sobre todo, este libro te ensañará cómo convertirte en un experto en trabajo a distancia. Además, te proporcionará una visión general de las herramientas y técnicas que te ayudarán a sacar el máximo provecho, así como las dificultades y limitaciones que te podrán desanimar (todo tiene compensaciones).

Nuestra discusión será práctica, porque nuestro conocimiento proviene de la realidad práctica del trabajo remoto, no solo de teorizar sobre ello. Durante la última década hemos desarrollado una exitosa empresa de software, 37 signals, de las semillas del trabajo a distancia. Nosotros empezamos con un socio en Copenhague y el otro en Chicago. Desde entonces hemos ampliado la plantilla a treinta y seis personas repartidas por todo el planeta, sirviendo a millones de usuarios en casi todos los países del mundo.

Nos basaremos en esta rica experiencia para mostrar cómo el trabajo a distancia ha abierto una puerta a una era de lujo y libertad. Un nuevo mundo más allá de la era industrial en la oficina. Un mundo en el que dejamos atrás la polvorienta noción del outsourcing como una forma de incrementar la productividad del trabajo al menor costo, cambiándola por un nuevo ideal, uno en el que el trabajo a distancia incrementa tanto la calidad como la satisfacción del trabajo.

“Oficina no requerida” no es solo el futuro, es el presente. Es tu oportunidad de ponerte al día.

Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

El regreso

Después de un poco más de dos años sin actualizar este espacio, he decidido darle un nuevo uso.

A partir de ahora, pero no de forma exclusiva, publicaré en partes una traducción libre de un libro que leí recientemente que creo que debe conocerse más y que yo usaré para cambiar la forma en que trabajo actualmente.

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El libro es Remote: Office Not Required, de Jason Fried y David Heinemeier Hansson. Ellos son socios en una empresa que surgió como una agencia de desarrollo de páginas web, por diversas circunstancias los dos socios trabajan en ciudades diferentes y por ello tuvieron que desarrollar una herramienta de colaboración llamada Basecamp, que es una maravilla.

La propuesta del libro es encontrar cómo implementar el trabajo a distancia o trabajo remoto con el uso de la tecnología que tenemos a nuestro alcance.

Bueno.

Vamos con las publicaciones.