El talento no está limitado a los grandes centros de trabajo

Captura de pantallaSi hablas con los tecnólogos de Silicon Valley, los cineastas de Hollywood, o ejecutivos de publicidad de Nueva York, todos ellos insisten en que la magia sucede solamente en su propio terreno sagrado. Eso es lo que se espera que digan los talentosos regionalistas. Tú serías un tonto si lo crees.
“Mira a la historia”, dirán, señalando orgullosas tradiciones que llevan resultados gloriosos. Sí, sí, pero si sigues leyendo la letra pequeña en materia de inversión veras que: “El rendimiento pasado no es garantía de resultados futuros.”
Así que aquí está otro grupo de predicciones insignificantes: La participación respecto a tecnología de Silicon Valley se reducirá, las mejores películas de los próximos veinte años consistirán en un menor número de éxitos de Hollywood, y menos gente será inducida por los creativos de Nueva York a comprar productos.
Hay gran talento en todas partes, y no todo el mundo quiere mudarse s San Francisco (o Nueva York o Hollywood, o donde quiera que esté tu sede central). 37signals es una empresa de software exitosa que comenzó en –¡oh!– el Medio Oeste, y estamos orgullosos de haber contratado empleados espectaculares de lugares como Caldwell, Idaho y Fenwick, Ontario.
De hecho, no tenemos ni un solo empleado en San Francisco, el centro en el que cada empresa de tecnología parece tropezar para contratar “rock stars” o “software ninjas”. Esto no ha sido una elección consciente de nuestra parte, pero teniendo en cuenta la piratería de talento que se da en los principales centros de talento, con gente que cambia de trabajo con la misma frecuencia con que reordena sus listas de reproducción en el iPhone, no es precisamente malo.
Cuando tu tienes docenas, o incluso cientos de competidores a poca distancia de tu oficina, no debe ser ninguna sorpresa que alguno de tus empleados cruce la calle para unirse al próximo “éxito”.
Como hemos observado, los empleados estrella que trabajan lejos de las cámaras de resonancia de la industria pasan mucho menos tiempo pensando que el pasto del vecino está más verde, y en general parecen más felices en su trabajo.

Del libro “Remote: Office Not Required”, by Jason Fried and David Heinemeier Hansson

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